Maná triunfa en Sevilla con noche inolvidable

Por Juan Pablo Ojeda

 

Bajo el cielo caluroso de Sevilla, con más de 30 grados sobre la histórica Plaza de España, Maná dejó claro por qué sigue siendo una de las bandas latinas más queridas del mundo. El Icónica Santalucía Sevilla Fest fue testigo de una noche mágica donde la música, la nostalgia y el orgullo latinoamericano se fundieron en un mismo canto.

“Estamos tocando en uno de los lugares más hermosos del mundo”, exclamó Fher Olvera, líder de la banda, apenas pisó el escenario. Y no lo decía por compromiso: su emoción era genuina. Entre cañas de cerveza “a pecho” y un mar de banderas de México, Colombia, Venezuela, Ecuador y Estados Unidos, más de 17 mil personas corearon cada tema como si fuera el último.

El concierto arrancó con ‘Hechicera’, una joya noventera que sigue tan vigente como cuando vio la luz. Desde ahí, el grupo no soltó a su audiencia. Con una mezcla de clásicos y temas más recientes, Maná volvió a hacer lo que mejor sabe: crear himnos intergeneracionales que traspasan fronteras.

La noche sevillana tocó techo cuando sonó ‘En el muelle de San Blas’, ese momento que ya no es canción sino rito colectivo. Fher, Alex González, Sergio Vallín y Juan Calleros no solo tocaron; conectaron con una multitud que los ha acompañado por más de tres décadas y que, a juzgar por lo vivido en Sevilla, seguirá con ellos hasta donde quieran llegar.

“Este lugar es un monumento hermoso y tocar aquí es un sueño cumplido”, confesó Fher, quien desde joven fantaseaba con este escenario que veía en postales. El cierre con ‘Clavado en un bar’ fue el brindis perfecto para sellar una noche inolvidable.

Pero la jornada no fue solo de Maná. Duncan Dhu y los argentinos de Airbag completaron el cartel, en una suerte de triple concierto que hizo vibrar la capital andaluza desde temprano. Los vascos, liderados por Mikel Erentxun y Diego Vasallo, ofrecieron una selección de temas emblemáticos como ‘Cien gaviotas’ y ‘En algún lugar’, con el público haciendo de coro y dándole nueva vida a canciones que ya son parte de la memoria sonora de España.

Airbag, por su parte, abrió el festival mientras el sol aún apretaba. A pesar del calor, el trío argentino supo encender a los primeros asistentes con su propuesta de punk-pop fresco y potente. Una prueba más de que la música no tiene horarios ni límites geográficos.

Así fue la noche de Maná en Sevilla: un viaje sonoro cargado de emoción, raíces y orgullo latino, donde tres generaciones se encontraron al ritmo de guitarras, tambores y un canto común que no conoce fronteras.

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