Cada dos años, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) actualiza la lista de las 25 especies de primates más amenazadas en el planeta. La última actualización, publicada el 8 de mayo en colaboración con la Sociedad Primatológica Internacional y Re:wild, revela que el futuro de muchos de ellos pende de un hilo. La situación es tan alarmante que, según el genetista Christian Roos, del Centro Alemán de Primates, “si no actuamos ahora, perderemos algunas de estas especies para siempre.”
Esta actualización tiene una doble finalidad: dar visibilidad a especies en situación crítica y presionar tanto a los gobiernos como a la opinión pública para implementar medidas eficientes de conservación. La mayoría de ellos están en danger de extinción debido a la destrucción de sus hábitats, a la caza, al tráfico de animales silvestres y al cambio climático. Además, están concentrados en espacios geográficos muy específicos, lo que hace que sean más vulnerables a desaparecer definitivamente.
El orangután de Tapanuli, que habita en la isla de Sumatra en Indonesia, es el más amenazado de todos. Según los censos más recientes, solo quedarían unos 800 en estado salvaje. La especie, en peligro crítico de extinción, tiene una particularidad física —un rostro más plano y más ancho— que la hace destacar de otros orangutanes. Además, el Tapanuli fue reconocido como especie independiente en 2017, gracias a análisis genéticos.
Muy vulnerable también es el lémur ratón de la señora Berthe, el primate más pequeño del mundo. Apenas pesa 30 grados y vivía en abundancia en Madagascar. Hoy enfrenta una caída drástica en el tamaño de sus poblaciones en los último tres años debido a la degradación de su hábitat. Según Christian Roos, podría convertirse en el primer primate en desaparecer en el siglo XXI, puesto que, además, no están establecidas comunidades en cautividad que puedan garantizar su conservación en el futuro.
Este lémur no es el único de Madagascar incluido en la lista. También están el lémur del norte o lémur ratón de Coquerel, así como el lémur rufo de cola roja, que habita en las selvas tropicales del noreste de la isla. Por otro lado, en África están el gálago rondo, que reside en los bosques de Tanzania, y el mangabey de vientre dorado, en la República Democrática del Congo. Por primera vez, el lémur de vientre rojo que cabecea —presente en Benín, Togo y Nigeria— también se incorpora a la lista de animales en situación de amenaza.
Dentro de los grandes simios, el gorila del río Cross es el más vulnerable. Según los expertos, en las selvas que comparten Camerún y Nigeria están censados unos 250 animales en edad reproductiva. Aun así, el 70% de ellos están en espacios protegidos, pero están en permanente amenaza debido a la expansión de la agricultura, la construcción de nuevas vías y los incendios usados para limpiar pastizales.
Más difícil es el destino del loris lento pigmeo, que habita en Vietnam, Camboya, Laos y China. A diferencia de otros primates más ágiles, el loris se desplaza muy lentamente y tiene poca capacidad de defensa ante los humanos. Esto lo hace vulnerable tanto a la caza como al tráfico ilegal de animales, pues a muchos compradores les atrae tenerlos como animales de compañía exóticos.
El informe también deja lugar a la esperanza. Según Christian Roos, “si la ciencia, la política y la sociedad trabajan juntas, podemos implementar medidas de conservación absolutamente necesarias para evitar que el siglo XXI sea testigo de nuevas extinciones de primates.” Aun así, advierte que el futuro de varias especies pende de un hilo, y que el compromiso de todos es más necesario que nunca para salvar a nuestros parientes más cercanos en el árbol de la vida.
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