Por Bruno Cortés
En San Lázaro las cosas se pusieron tensas, pero todavía no llegan al choque frontal. La diputada Ivonne Ortega Pacheco, coordinadora de Movimiento Ciudadano, salió a explicar por qué se pospuso la instalación de la nueva Mesa Directiva de la Cámara de Diputados: la razón es simple, evitar un pleito entre partidos que podría haber dejado al Congreso en pausa total.
La Mesa Directiva, para quienes no están tan metidos en la política, es como la “mesa de control” de la Cámara: quien la preside organiza las sesiones, dirige los debates y asegura que todo funcione. Sin ella, la Cámara no puede sesionar. Así que, aunque suene burocrático, es clave para que los diputados trabajen y aprueben leyes.
Ortega dijo que, para no reventar el arranque del periodo, decidieron poner el freno y dejar el tema como prioridad única de la semana: primero eligen a la Mesa, después siguen con lo demás. Y destacó la buena voluntad de Ricardo Monreal, líder de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (la famosa Jucopo, que es el órgano donde los jefes de bancada se ponen de acuerdo). El pacto fue claro: no habrá sesiones ni votaciones hasta que quede instalada la nueva Mesa Directiva, lo cual, por ley, debe ocurrir antes del 5 de septiembre.
El tema de fondo está en el PAN. Por regla, le toca a este partido encabezar la presidencia de la Cámara porque es la segunda fuerza política. Pero hay resistencias: se habla de cuatro aspirantes panistas y, según Ivonne Ortega, ninguno genera consenso. Ella misma lo dijo: no se trata de caer bien o mal, sino de respetar la vida interna de los partidos y lo que marcan las reglas del Congreso.
Con este movimiento, los diputados compran tiempo para negociar y evitar que la Cámara se paralice. La jugada de MC y Morena es clara: poner la calma por encima del choque político, aunque en el aire queda la pregunta de quién será el panista que logre los votos suficientes para encabezar la Cámara en los próximos meses.
Deja una respuesta