Por Juan Pablo Ojeda
Una buena noticia para millones de familias mexicanas llegó desde el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). El organismo, ahora bajo la dirección de Octavio Romero Oropeza, anunció una serie de medidas para aliviar la carga de los créditos hipotecarios que, en muchos casos, se habían vuelto prácticamente impagables.
Durante la conferencia matutina del 6 de mayo, Romero Oropeza explicó que más de 4 millones de personas ya forman parte del programa de congelamiento de saldos y mensualidades, con el objetivo de evitar que pierdan su vivienda y de ofrecer salidas justas ante condiciones crediticias que calificó como “totalmente irregulares e injustas”.
Pero más allá del congelamiento de pagos, el Infonavit ha puesto en marcha soluciones concretas: 630 mil créditos ya han sido atendidos mediante reducciones de tasas de interés, establecimiento de mensualidades fijas y descuentos directos en los saldos. Es decir, los pagos bajan, los intereses también, y la deuda total se vuelve manejable.
Y esto apenas comienza. En mayo, otros 240 mil acreditados recibirán automáticamente beneficios similares. En julio, se sumarán 500 mil más, quienes verán sus tasas de interés reducidas al 4%, junto con descuentos y mensualidades fijas. Para el último trimestre del año, la cifra crecerá con 1.7 millones de personas adicionales que también serán incorporadas al programa de forma automática.
De manera paralela, hay más de 1 millón de derechohabientes recibiendo atención personalizada en los Centros de Servicio Infonavit (CESIS), donde se busca resolver caso por caso según las condiciones específicas de cada crédito.
El mensaje del Infonavit es claro: nadie debe perder su casa por culpa de un crédito mal diseñado, y el Estado tiene la obligación de intervenir cuando las condiciones del sistema afectan injustamente a los trabajadores. La reestructuración masiva de estos créditos representa no solo un alivio económico, sino también una medida de justicia social.
Romero Oropeza lo dijo sin rodeos: “Las condiciones previas eran irregulares e injustas”. Ahora, con esta nueva política, se abre una puerta para que millones de mexicanos puedan respirar tranquilos y seguir construyendo su patrimonio sin miedo a perderlo.















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