IECM responde a reforma electoral: “No se ahorra, se complica”

Por Bruno Cortés

 

A veces, en nombre de la “austeridad”, se proponen cambios que suenan bien en el papel, pero que pueden meter en serios aprietos la operación del país. Eso fue justo lo que advirtió Patricia Avendaño Durán, consejera presidenta del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), al hablar sobre una de las propuestas más polémicas en materia electoral: desaparecer a los OPLES, es decir, los organismos locales que organizan elecciones en cada estado.

La consejera no se anduvo por las ramas: “Eliminar a los OPLES no garantiza un ahorro real y sí podría traer un desorden mayúsculo en las elecciones”, dijo tajante durante su participación en la Comisión de Reforma Política-Electoral en la Cámara de Diputados.

Y es que, aunque la idea de concentrar todo en el INE puede sonar eficiente, en la práctica no es tan simple. México es un país federal, lo que significa que cada estado tiene sus propias reglas, tiempos y necesidades, y eso se refleja también en cómo se organizan sus elecciones. Si todo se centraliza, el riesgo es que una sola institución tenga que encargarse de miles de procesos locales al mismo tiempo, algo que —según Avendaño— podría terminar en “atrofias”, lentitud y falta de resultados oportunos.

Además, dijo, los costos no bajarían mágicamente. Las elecciones seguirían necesitando la misma seguridad, logística y organización, solo que ahora estarían en manos de una institución más saturada y con menos conocimiento del terreno local.

La advertencia cobra más peso si se considera lo que se viene: el proceso electoral de 2027, que ya se perfila como particularmente complejo. No solo por el tamaño de la jornada, sino por la necesidad de garantizar elecciones limpias, confiables y rápidas en un contexto donde la ciudadanía exige transparencia total.

Por otro lado, la consejera también habló de una buena noticia: el próximo domingo 17 de agosto se realizará la Consulta de Presupuesto Participativo 2025 en la CDMX. Este ejercicio, organizado por el IECM, permite que los ciudadanos decidan en qué quieren que se inviertan recursos en sus colonias. Pero más allá del fondo, lo interesante es que será una oportunidad para probar el sistema de voto por Internet, una herramienta que cada vez suena con más fuerza para modernizar la participación ciudadana en el país.

En resumen, lo que Patricia Avendaño puso sobre la mesa es un llamado a no apresurarse con la reforma electoral. Sí, se puede discutir cómo hacer más eficiente el sistema, pero borrar de un plumazo a los organismos locales podría costarnos mucho más que lo que se pretende ahorrar. Porque en democracia, a veces lo barato sí sale caro.

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