Por Bruno Cortés
En la política mexicana, lo que pasa en el Congreso muchas veces suena complicado, lleno de tecnicismos y con palabras que parecen hechas para confundir en lugar de explicar. Pero esta vez vamos a desmenuzar una jugada política clave que está tomando forma en los primeros meses del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, y que involucra a sus aliados en el Congreso: el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Morena y el Partido del Trabajo (PT).
Resulta que en medio de un periodo extraordinario en el Congreso —que es como una sesión especial para discutir temas urgentes— el senador Manuel Velasco, uno de los pesos pesados del PVEM, dijo fuerte y claro que su partido seguirá caminando del brazo de Sheinbaum y de sus reformas. Esto no sorprende tanto si recordamos que el Verde ya fue parte del equipo de campaña de la ahora presidenta, pero sí es importante porque confirma que en los grandes temas, como seguridad y leyes clave, la alianza Morena-Verde-PT sigue firme.
Uno de los temas más importantes en la mesa es la Guardia Nacional, ese cuerpo de seguridad que ha estado en boca de todos desde el sexenio anterior. ¿Qué quiere hacer Sheinbaum con ella? Fortalecerla, darle más herramientas para que funcione mejor, y sobre todo, que la gente la sienta más cercana y confiable. Velasco aplaudió esta propuesta y dijo que los números ya están mostrando mejoras: menos homicidios, menos delitos, y eso gracias a la estrategia liderada por Omar García Harfuch, un nombre que muchos recuerdan por su trabajo en la Ciudad de México.
Ahora, aquí viene lo interesante. También se está discutiendo si miembros del Ejército podrían postularse para cargos públicos. Pero el diputado Raúl Bolaños-Cacho, también del PVEM, fue tajante: eso no se puede aprobar si va contra la Constitución. Básicamente, dijo que aunque se esté reformando una ley secundaria (que es como una ley complementaria), no se puede pasar por encima de las reglas principales del país.
Así que el mensaje del Partido Verde fue doble: sí a las reformas que refuercen la seguridad, sí a la alianza con Claudia Sheinbaum, pero no a iniciativas que rompan con lo que dice la Constitución.
En resumen, el PVEM está jugando su papel de aliado, pero también quiere dejar claro que tiene límites. Apoya las reformas de seguridad porque, dicen ellos, están funcionando y pueden llevar al país hacia esa paz que tanto se necesita. Pero también ponen el dedo sobre la línea constitucional para que nadie se pase de listo.
Para quienes no están tan metidos en la política, esta historia muestra algo fundamental: los partidos no solo se pelean o hacen alianzas para ganar elecciones, también deciden juntos qué leyes se hacen y cómo se aplican. Y en este momento, esa alianza que ganó la presidencia también tiene el poder para moldear el rumbo del país desde el Congreso. Falta ver si lo hacen con responsabilidad.
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