El Congreso se pinta de azul por los océanos

Por Juan Pablo Ojeda

 

Un atardecer de junio, el frontispicio de la Cámara de Diputados se iluminó de azul. No fue un gesto decorativo ni un simple capricho visual: fue un mensaje. Uno que, aunque silencioso, buscaba llamar la atención de millones sobre un tema tan inmenso como ignorado: nuestros océanos.

Este 8 de junio se conmemoró el Día Mundial de los Océanos, y desde el Congreso mexicano se levantó la voz —y la luz azul— para recordarnos que no hay vida sin mar. La diputada Azucena Trinidad Arreola, de Morena y presidenta de la Comisión de Pesca, puso las cartas sobre la mesa: los océanos no son un paisaje de postal; son oxígeno, comida, trabajo, clima, economía. Y hoy, más que nunca, necesitan que nos pongamos las pilas.

Con datos duros, pero fáciles de digerir, la diputada explicó por qué esto nos debe importar a todos. Los océanos cubren más del 70% del planeta, producen al menos la mitad del oxígeno que respiramos y sostienen la vida de mil millones de personas. En México, cerca de 370 mil personas viven directamente de la pesca, y casi dos millones están ligadas a esta actividad. Y por si fuera poco, somos un país rodeado de agua: el Pacífico, el Golfo de México, el Caribe y el Mar de Cortés hacen que México sea un auténtico paraíso marino… aunque no siempre lo cuidamos como se debe.

Porque sí, la sobrepesca, los plásticos, el cambio climático y la acidificación de los océanos están pasando factura. Es como si tuviéramos una mina de oro a la que le estamos dando con un mazo sin pensar en mañana.

Pero hay esperanza. Según la diputada Arreola, con el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum llega una ventana de oportunidad para cambiar el rumbo. Por eso se presentó la Estrategia Nacional de Limpieza y Conservación de Playas y Costas 2025-2030, un proyecto que suena ambicioso: retirar al menos tres mil toneladas de basura cada año de nuestras playas y mares. Es decir, no se trata sólo de barrer la arena, sino de cortar el flujo de plásticos al océano de forma real y medible.

El mensaje no fue de una sola voz. Humberto Coss y León Zúñiga, también de Morena y presidente de la Comisión de Marina, insistió en que esta conmemoración no puede quedarse en una fecha más en el calendario. Advirtió que si no frenamos el deterioro, estaremos hipotecando el futuro del planeta y de nuestras próximas generaciones.

Y como esto no es cosa de un solo partido, el diputado Jesús Martín Cuanalo Araujo del PVEM también se subió al barco: dijo que cuidar el medio ambiente no es tema de colores políticos. Habló del potencial de México: 11 mil kilómetros de litoral, playas que generan turismo, pesca, comercio marítimo, soberanía nacional… y todo eso se tambalea si seguimos contaminando y destruyendo nuestros ecosistemas costeros.

En resumen, lo que se dijo en el Congreso fue un llamado a la acción, pero también una alerta: los océanos no van a esperar a que resolvamos nuestras broncas políticas. Si no actuamos juntos —gobierno, pescadores, sociedad civil, y tú que estás leyendo esto—, la factura será altísima.

Esa noche azul en la Cámara no fue solo una foto bonita para redes sociales. Fue una señal. Y lo que hagamos después de que se apaguen las luces, es lo que realmente va a contar.

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