Durante décadas, el café ha sido protagonista de numerosos debates sobre sus efectos en la salud. Sin embargo, un reciente estudio científico arroja luz sobre un beneficio poco conocido: su capacidad para promover un envejecimiento saludable en las mujeres. Según una investigación publicada por expertos de la Universidad de Harvard, el consumo moderado de café con cafeína —no así el té o el descafeinado— podría ayudar a las mujeres a mantenerse lúcidas, activas y libres de enfermedades crónicas al llegar a la tercera edad.
El estudio, que analizó los datos de 47,513 mujeres durante 30 años, descubrió que aquellas que bebían entre una y dos tazas de café al día en la mediana edad (entre los 45 y 60 años) tenían mayores probabilidades de envejecer de manera saludable. Este concepto se definió como vivir más allá de los 70 años sin padecer enfermedades crónicas importantes, manteniendo una buena función física, agudeza mental y ausencia de deterioro cognitivo.
¿Por qué el café y no otras bebidas con cafeína?
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue que el té y el café descafeinado no mostraron los mismos beneficios. Además, el consumo de refrescos de cola se asoció con un efecto contrario: cada vaso adicional aumentaba entre un 20% y 26% el riesgo de no alcanzar un envejecimiento óptimo. Según la autora principal del estudio, Sara Mahdavi, esto sugiere que los compuestos bioactivos presentes exclusivamente en el café —más allá de la cafeína— podrían estar detrás de este efecto protector.
Las participantes que formaron parte del grupo de «envejecimiento saludable» consumían un promedio de 315 mg de cafeína al día, equivalente a tres tazas pequeñas de café. Cada taza adicional (hasta un máximo de cinco al día) se vinculó con un incremento del 2% al 5% en la probabilidad de mantener una buena salud en la vejez.
Moderación y estilo de vida: claves del beneficio
Mahdavi enfatizó que el café no es una solución mágica, sino un complemento dentro de un estilo de vida saludable. «Los beneficios son modestos comparados con hábitos como el ejercicio, una dieta equilibrada y evitar el tabaco», señaló. Además, advirtió que la tolerancia a la cafeína varía según la genética de cada persona, por lo que exceder las dos tazas diarias podría ser contraproducente para algunas.
Este estudio abre nuevas líneas de investigación sobre cómo los compuestos del café interactúan con el metabolismo y los genes, especialmente en mujeres. Mientras tanto, una conclusión queda clara: para quienes disfrutan de esta bebida, su ritual matutino podría estar contribuyendo a una vejez más activa y plena.
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