Ebrard descarta impacto del plan fiscal de Trump en inversiones hacia México

Por Juan Pablo Ojeda

 

Durante la conferencia matutina de este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum cedió la palabra al secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, quien abordó un tema que empieza a levantar cejas en los círculos económicos: el Plan Fiscal impulsado por Donald Trump y su posible efecto en el fenómeno del nearshoring hacia México.

La pregunta que detonó la discusión fue directa: ¿los recortes fiscales en Estados Unidos, orientados a atraer inversiones a ese país, no podrían frenar el entusiasmo por invertir en México bajo el llamado Plan México?

Con su estilo directo, Ebrard respondió que, aunque el tema es relevante, es muy pronto para lanzar alertas. Primero, porque el plan fiscal de Trump —que fue aprobado por el Senado estadounidense— aún no entra en vigor plenamente, ya que falta la aprobación del Congreso en general. Y segundo, porque la verdadera competencia no está sólo en los beneficios fiscales, sino en los costos reales de producción.

«Contablemente puede que algunas empresas prefieran registrar sus ganancias en EE.UU. por el incentivo fiscal», admitió Ebrard, pero aclaró que la clave está en la productividad. México, dijo, tiene ventajas estructurales que no se modifican con un ajuste de impuestos al norte del río Bravo: mano de obra calificada, bajos costos de producción, cercanía geográfica con EE.UU. y una cadena logística eficiente.

Además, el secretario explicó que estamos entrando a una etapa en la que cada país tendrá que competir con sus propias desventajas y ventajas comparativas. Y ahí, México lleva la delantera frente a otros competidores, como Vietnam.

Puso un ejemplo claro: tras un nuevo acuerdo con Vietnam, se estima que para los productos vietnamitas el costo promedio de acceso al mercado estadounidense será de entre 35 y 40%, mientras que para México será de apenas 6%. Esto significa una ventaja de seis a uno a favor de México.

“Por eso, aunque el Plan Fiscal de Trump suena como un atractivo para retener inversiones en EE.UU., la competitividad mexicana seguirá siendo un gancho poderoso para quienes buscan producir cerca del mayor mercado del mundo”, aseguró Ebrard.

También aclaró que el acuerdo firmado con Vietnam es el primero que se hace con un país con el que Estados Unidos tiene déficit comercial, a diferencia de otros como Inglaterra, donde EE.UU. tiene superávit. Esto marca una señal clara de hacia dónde va la estrategia económica de Washington y cómo México puede mantener su posición sin necesidad de entrar en una guerra de estímulos fiscales.

En resumen: el nearshoring sigue firme, y México no pierde terreno. A pesar de los movimientos fiscales que prepara Trump, la estructura productiva mexicana, su ubicación geográfica y los tratados existentes como el T-MEC, le dan suficiente ventaja para seguir atrayendo inversión extranjera.

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