Por Juan Pablo Ojeda
En plena era de la austeridad republicana, dos legisladores de la autodenominada Cuarta Transformación están en el centro de la controversia por su gusto por el lujo. Se trata de Diana Karina Barreras, diputada del PT también conocida en redes como Dato Protegido, y Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara de Diputados por Morena. La pareja legislativa ha sido evidenciada por presumir públicamente artículos de moda, joyería y arte cuyo valor supera, según estimaciones, los 4 millones y medio de pesos.
El escándalo estalló cuando comenzaron a circular fotografías y publicaciones donde ambos aparecen con accesorios de firmas como Cartier, Tiffany, Louis Vuitton, Versace, Balenciaga, Ferragamo y Christian Louboutin. La indignación no tardó en llegar: ¿cómo se concilia un estilo de vida de alta gama con un discurso político que promueve la sobriedad, la cercanía con el pueblo y el combate a la corrupción?
La lista es extensa. En la muñeca de Gutiérrez Luna se han visto relojes como el Hublot Big Bang rojo de 681 mil pesos y un Corum Admirals Cup de casi 185 mil. Barreras, por su parte, ha sido vista con un Cartier Ballon Bleu de 288 mil pesos, un Santos Dumont de 95 mil, y otros modelos de lujo que en conjunto superan el medio millón solo en relojería.
En el terreno de la joyería, la opulencia se dispara. La diputada del PT presume un anillo Tiffany valuado en más de un millón de pesos, junto con piezas de Cartier que rebasan los 100 mil pesos cada una. La moda también forma parte del catálogo: bolsas de Prada, Louis Vuitton y Versace; zapatos de Louboutin, Fendi y Dolce & Gabbana; suéteres de Kenzo; chamarras de Ferrari y lentes Gucci y Chanel, todos con precios que dejarían sin quincena a más de un servidor público promedio.
Pero el punto más delicado del asunto son las obras de arte que poseen, entre ellas piezas del chileno Víctor Castillo, con valor de hasta 320 mil pesos cada una. Esto ha abierto la puerta a preguntas más serias: ¿coinciden estos lujos con los ingresos reportados en sus declaraciones patrimoniales? ¿Hay congruencia entre su vida personal y su discurso político?
La polémica crece en redes sociales, donde usuarios han utilizado incluso inteligencia artificial para comparar su nivel de gasto con sus salarios oficiales. Hasta ahora, ni Gutiérrez Luna ni Barreras han ofrecido una explicación clara. El silencio ha avivado las críticas y el cuestionamiento público.
Este caso se suma a otros donde la opulencia de algunos servidores públicos choca con los principios de austeridad de la 4T, y llega justo cuando la diputada Barreras enfrenta otra tormenta mediática por una denuncia de violencia política de género.
En medio de una ciudadanía cada vez más exigente con la transparencia y la rendición de cuentas, este tipo de escándalos no solo golpea la credibilidad individual, sino también pone a prueba el discurso de transformación que encabeza el actual gobierno.
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