Por Bruno Cortés
El diputado Juan Ignacio Zavala Gutiérrez, de Movimiento Ciudadano, abrió las puertas de San Lázaro a un tema que suele sentirse tan lejano como complicado: el comercio exterior. Bajo el título “Política juvenil internacional ¿Qué onda con el comercio exterior?”, organizó un foro pensado no para expertos, sino para jóvenes que quieren entender cómo funciona eso de comprar, vender y mover mercancías entre países, y sobre todo, cómo esta actividad puede convertirse en una oportunidad real para su vida personal, académica y profesional.
Desde la inauguración, Andrea Silva —la promotora principal del evento— dejó claro el objetivo: aterrizar un tema que muchos ven como cosa exclusiva de economistas o diplomáticos, y convertirlo en una herramienta útil para quienes están arrancando su vida profesional. Ella insistió en algo que, aunque a veces pasa desapercibido, es completamente cierto: el comercio exterior está en todo. En los precios que pagamos, en las marcas que consumimos, en los trabajos que existen y hasta en las becas y oportunidades que ofrecen otros países. No es teoría lejana; es vida diaria.
Luego tomó la palabra Emiliano Reza Medina, presidente de Política Juvenil Internacional en la CDMX, y puso el dedo en el renglón geopolítico. México —recordó— no solo es vecino del mercado más grande del mundo, sino que tiene una red de tratados comerciales que lo coloca en una posición privilegiada. Para él, el reto es que la juventud aproveche ese escenario y se forme en temas que les permitan tener liderazgo en un país que vive del comercio con el mundo. Su mensaje fue directo: si México es competitivo, sus jóvenes también deben serlo.
Entre quienes compartieron experiencias estuvo Adrián Ruiz Pérez, un estudiante que reconoció el trabajo de los organizadores por darle continuidad a un proyecto que no ha sido fácil. Aprovechó para invitar a las y los asistentes a seguirse metiendo en temas de economía, logística y comercio, porque ahí —dijo— hay futuro, empleos bien pagados y espacio para que las nuevas generaciones transformen la forma en que México se conecta con el planeta.
El cierre estuvo a cargo del maestro Javier Elías López, un veterano del comercio exterior con 35 años de experiencia y director del Instituto Universitario CAREM. Él puso en perspectiva histórica cómo ha cambiado esta actividad desde 1986, cuando México decidió abrirse al mundo, y recordó que esto no solo trajo inversión y crecimiento, sino también una enorme demanda de profesionistas preparados. Explicó, con claridad quirúrgica, que el comercio exterior no se trata solo de mandar cosas de un lado a otro: requiere dominar tres áreas básicas —negocios, logística y operación aduanera— además de entender conceptos como la Ley Aduanera y los famosos Incoterms, que son como el reglamento internacional para mover mercancías sin errores.
El foro, más que un evento, funcionó como un mapa para quienes buscan orientación. Les mostró las diferencias entre carreras relacionadas, los campos laborales que sí existen y la importancia de mantenerse al día en un sector que cambia tan rápido como las reglas del mercado global. En pocas palabras, fue un recordatorio de algo fundamental: en un país tan conectado con el mundo, las y los jóvenes no pueden quedarse fuera de la conversación.
















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