Por Juan Pablo Ojeda
En una nueva señal de que la movilidad eléctrica está dejando de ser solo una promesa para convertirse en una solución tangible contra el cambio climático, el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) publicó un estudio que revela que los coches eléctricos de batería que se venden actualmente en Europa generan 73 % menos emisiones de CO₂ a lo largo de su vida útil en comparación con sus equivalentes de gasolina. Esto incluye desde la fabricación del vehículo hasta su uso en carretera, una comparación más completa y exigente.
El dato no es menor. Esta mejora representa un avance del 24 % respecto a las estimaciones de 2021, lo que sugiere que el continente europeo está avanzando más rápido de lo previsto hacia una movilidad realmente sostenible. Y no es casualidad: de acuerdo con el informe, el rápido despliegue de energías renovables y la mayor eficiencia de los autos eléctricos son factores clave para que esta reducción de emisiones sea posible.
Mientras tanto, otras alternativas como los autos híbridos convencionales o híbridos enchufables muestran avances mucho más discretos. Según el mismo estudio, los híbridos apenas emiten 20 % menos CO₂, y los enchufables 30 % menos que los autos de gasolina, debido en parte a que en la práctica se utilizan mucho menos en modo eléctrico de lo que se pensaba.
Además, los autos eléctricos de hidrógeno podrían reducir hasta 79 % de las emisiones si usaran hidrógeno verde (producido con electricidad renovable). Sin embargo, esta tecnología aún no está disponible a gran escala, por lo que hoy por hoy no es una solución masiva.
De acuerdo con Marta Negri, investigadora del ICCT, “los coches eléctricos de batería en Europa se están volviendo más limpios más rápido de lo que esperábamos y superan a todas las demás tecnologías”. La clave de este progreso, señaló, está en que se espera que en 2025 las fuentes renovables representen el 56 % de la generación eléctrica en Europa, y se proyecta que ese número llegue al 86 % para 2045.
El dato es especialmente importante si se considera que un coche promedio en Europa puede durar hasta 20 años en las calles. Esto significa que un auto eléctrico que se vende hoy será cada vez más limpio conforme avance la transición energética, a diferencia de los autos de gasolina o diésel que seguirán dependiendo de combustibles fósiles, cuya disponibilidad futura es incierta y cuyo impacto ambiental sigue siendo alto.
El informe del ICCT refuerza una conclusión clave: los autos eléctricos de batería son, hasta el momento, la mejor herramienta tecnológica para reducir de forma significativa las emisiones del sector transporte, responsable de casi tres cuartas partes de las emisiones de carbono en Europa.
En un contexto global donde la descarbonización del transporte se vuelve urgente para cumplir con los compromisos climáticos, Europa parece estar marcando el camino. Y aunque los desafíos siguen siendo grandes —como ampliar la infraestructura de carga o mejorar el acceso a estas tecnologías—, los datos son claros: el futuro del transporte limpio ya está en marcha.
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