Por Juan Pablo Ojeda
La espera está por terminar y los motores ya empiezan a rugir —al menos en el corazón de los fans— porque Sergio ‘Checo’ Pérez está de regreso. El piloto tapatío tiene un pie dentro de la Fórmula 1 otra vez, y todo apunta a que su nueva casa será una de las apuestas más ambiciosas de la parrilla: Cadillac, que prepara su entrada a la máxima categoría del automovilismo para 2026.
Aunque los rumores venían calentándose desde hace meses, medios especializados como autoevolution.com ya dan por hecho el acuerdo entre Checo y la escudería estadounidense, y lo colocan como piloto principal del nuevo proyecto. Una movida que no solo tiene peso en lo deportivo, sino también en lo económico: según el mismo reporte, Carlos Slim, el empresario mexicano y viejo aliado de Checo, estaría involucrado en la operación.
Por ahora, Cadillac mantiene silencio oficial, pero todo indica que el anuncio se dará durante este parón veraniego de la F1, justo después del Gran Premio de Hungría. Una presentación a lo grande para un regreso que muchos no creían posible tan pronto tras su salida de Red Bull en 2024.
Checo ha sido claro: quería volver, pero no de cualquier forma. Buscaba un proyecto serio, donde lo valoraran, donde no tuviera que pelear por respeto dentro del garage. Con Cadillac parece haber encontrado eso y más: liderazgo, respaldo y la oportunidad de ser la cara visible de una escudería nueva, con hambre de protagonismo.
Y aunque su regreso se concretará en la temporada 2026, este verano será clave. Apenas la semana pasada, el propio Checo dejó ver que algo se estaba cocinando, al lanzar una alianza comercial con el lema “algo se vuelve a encender”. Ahora todo cobra sentido: ese fuego es el que lo pone otra vez en la pista.
La cuenta regresiva ya empezó. El nombre de Checo Pérez vuelve a sonar fuerte en la F1 y, con Cadillac de la mano, su segunda etapa en la categoría reina promete velocidad, ambición y —por qué no— una nueva oportunidad para brillar sin sombras.
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