CDMX quiere que el mundo vea su Marcha del Orgullo

Por Juan Pablo Ojeda

 

La Marcha del Orgullo LGBTTTIQ+ de la Ciudad de México no solo es una fiesta, es una declaración de principios. Y este 2025, el Congreso capitalino quiere que la vea el mundo entero. Por eso, le pidió a la Secretaría de Turismo que se ponga las pilas y la promocione como lo que es: una de las movilizaciones más importantes de América Latina, que mueve masas, levanta la voz por la inclusión y, de paso, inyecta millones a la economía local.

La diputada Ana Luisa Buendía García, de Morena, lo dijo claro: esta marcha no es solo banderas, colores y glitter. Es resistencia y celebración, un símbolo de todo lo que la ciudad ha avanzado en derechos humanos, inclusión y diversidad. Y aunque hay logros que celebrar —como el matrimonio igualitario y el reconocimiento de la identidad de género— aún hay tareas pendientes: acceso pleno a salud sin discriminación, justicia laboral y freno a los crímenes de odio.

Por eso el Congreso capitalino no quiere que esta sea una marcha más. Quiere que sea un evento que se note, que se promocione y que posicione a la CDMX como capital del respeto y la diversidad. La solicitud es que la Secretaría de Turismo diseñe una estrategia de difusión que llegue a todos lados, dentro y fuera del país.

En su intervención, la legisladora también tuvo palabras de reconocimiento para otras voces que han impulsado la causa: Diana Sánchez Barrios, activista y legisladora que ha luchado desde el comercio popular por un feminismo más incluyente, y Gerardo Vega Aguilar, joven que recibió el Premio de la Juventud al Mérito por su trabajo en favor de los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+.

No se trata solo de visibilidad. La Marcha del Orgullo genera impacto económico real: hoteles llenos, restaurantes activos, transporte en movimiento y miles de visitantes nacionales e internacionales que ven en la CDMX un espacio seguro y libre para ser quienes son. No es poca cosa.

Así que este llamado del Congreso busca algo más que colgar un par de carteles o subir algunos posts en redes. Lo que se quiere es una campaña integral, que ponga a la capital en los ojos del mundo por su compromiso con la diversidad.

Porque sí, la Marcha del Orgullo es un festejo. Pero también es un grito de lucha. Y como dejó entrever la diputada Buendía, si la Ciudad de México quiere seguir siendo un referente de inclusión, tiene que decirlo fuerte y claro… y con promoción oficial incluida.

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