Por Juan Pablo Ojeda
Si alguna vez compraste un boleto de avión y luego no pudiste usarlo porque cambiaste de plan, te equivocaste al escribir tu nombre o simplemente alguien más iba a tomar tu lugar, probablemente viviste el viacrucis de intentar cambiar el nombre y terminar pagando casi lo mismo que otro boleto. Bueno, pues eso podría cambiar gracias a una iniciativa que acaba de poner sobre la mesa la diputada María de los Ángeles Ballesteros García, de Morena.
La propuesta es sencilla pero poderosa: que las aerolíneas en México ya no puedan cobrar por cambiar el nombre del titular del boleto, ni completo ni en parte, siempre que lo pidas con al menos seis horas de anticipación al vuelo. Y sí, aplica tanto si lo haces por internet como si vas directo a la ventanilla.
Suena lógico, ¿no? Más aún cuando la mayoría de los boletos hoy en día son digitales y el cambio se hace con un par de clics. Sin embargo, muchas aerolíneas todavía cobran como si cambiar el nombre fuera una cirugía de corazón abierto. Hay casos en los que el costo por la “corrección” es más alto que el mismo boleto. Y no hay regulación que lo impida. Por eso esta iniciativa busca cerrar esa puerta a los cobros abusivos.
La diputada Ballesteros quiere que el pasajero tenga derecho a transferir su boleto a otra persona sin pagar un peso extra, siempre y cuando se informe a la aerolínea al menos seis horas antes del vuelo. Y ojo, no se trata de que se haga sin control: el nuevo nombre debe registrarse de forma segura para no poner en riesgo la identidad ni la seguridad del vuelo. Pero eso no significa que tenga que costar más.
Si una aerolínea no respeta esta regla, la iniciativa plantea sanciones claras: tendrían que pagar una multa equivalente al costo total del boleto, más cualquier gasto en que haya incurrido el pasajero afectado por no poder abordar. ¿A quién se le presenta la queja? A la Profeco, que sería la encargada de evaluar si hay razón y aplicar la sanción.
La lógica detrás de todo esto es bastante clara: en un mundo donde las aerolíneas ya digitalizaron casi todo, no hay justificación para que un cambio tan mínimo se castigue con tarifas escandalosas. La diputada lo dice sin rodeos: las empresas están abusando, aprovechándose de vacíos legales para seguir sacando dinero de donde no deben.
Y si alguna vez tuviste que dejar perder un vuelo o pagar el doble por un simple error de nombre, sabes que esta iniciativa no es menor. Porque además de que busca proteger el bolsillo de los pasajeros, también está pensada para esos casos de la vida real en que las cosas cambian de último minuto: trabajo, salud, emergencias. Cambiar de nombre en el boleto no debería ser un lujo.
La propuesta ya fue enviada a la Comisión de Comunicaciones y Transportes. En caso de avanzar, representaría un cambio importante para los derechos del consumidor en el sector aéreo mexicano, que sigue siendo uno de los más opacos y con menos protección para el usuario.
Al final del día, esta reforma pone el dedo en la llaga: no se trata solo de volar más barato, sino de volar con reglas justas. Y eso comienza por quitarle a las aerolíneas la costumbre de cobrar lo que quieran, cuando quieran, por lo que quieran.
Deja una respuesta