Tecnología franco-mexicana que ve el universo como nunca antes: COLIBRÍ en acción

A casi un año de su puesta en marcha, el telescopio robótico franco-mexicano COLIBRÍ, ubicado en el Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, Baja California, ha comenzado a revolucionar el estudio del universo, al captar eventos astronómicos tan energéticos como fugaces, con una capacidad de respuesta y análisis científico en tiempo real.

El astrofísico William Lee Alardín, coordinador del proyecto por parte de la UNAM, y la investigadora Rosa Leticia Becerra Godínez, destacaron el impacto del instrumento, que ya permite observar fenómenos como la muerte de estrellas masivas, colisiones entre estrellas de neutrones y la formación de agujeros negros, ayudando a comprender mejor el medio cósmico que los rodea.

COLIBRÍ ha respondido exitosamente en su etapa inicial y somos capaces de elaborar reportes de calidad científica en tiempo real”, aseguró Becerra Godínez, quien realiza una estancia posdoctoral en Roma y regresará este año al Instituto de Astronomía de la UNAM. Gracias a su avanzada tecnología, el telescopio puede detectar fuentes de energía extremadamente débiles, que viajan durante miles de millones de años luz antes de llegar a la Tierra.

Ciencia de frontera desde México

COLIBRÍ ha integrado alertas provenientes de importantes misiones internacionales como Einstein Probe, liderada por la Academia China de Ciencias, la Agencia Espacial Europea y el Instituto Max Planck, además de colaborar con el satélite SVOM (franco-chino), el Fermi y el Swift Observatory de la NASA.

Con un espejo de 1.3 metros de diámetro, el telescopio responde en tan solo 30 segundos a las alertas de eventos transitorios, fenómeno conocido como “cielo transitorio”, por su naturaleza efímera. Esta capacidad lo convierte en una herramienta única para estudiar los momentos finales de estrellas lejanas y estimar su distancia, composición y entorno galáctico.

“Estamos explorando el otro lado del universo observable, captando señales que desaparecen en cuestión de minutos, pero que contienen claves sobre el origen de elementos pesados como el oro, el torio o el europio”, explicó Becerra.

Rumbo a nuevos descubrimientos

A partir del próximo otoño, COLIBRÍ incorporará un nuevo instrumento llamado CAGIRE, que permitirá realizar observaciones en longitudes de onda del infrarrojo, ampliando aún más su capacidad de análisis. Esto abrirá nuevas posibilidades para estudiar la composición química del universo y comprender en qué momento y lugar se formaron los elementos más pesados que el hierro.

El telescopio es resultado de una alianza entre la UNAM, la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, y varias instituciones científicas francesas, como Aix Marseille Université y el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS).

Finalmente, Lee Alardín subrayó que este tipo de proyectos científicos no solo son muestra del potencial académico del país, sino también de la necesidad de apostar por la educación, la ciencia, la infraestructura tecnológica y la colaboración internacional.

“COLIBRÍ se perfila como líder en el estudio del cielo transitorio en el hemisferio norte”, concluyó Becerra Godínez.

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