¿Quién juzga al sistema? El colapso silencioso del TSJ-CDMX

Lo que comenzó como una protesta por mejores condiciones laborales ha escalado a una parálisis generalizada de diversas sedes del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX (TSJ-CDMX). Trámites detenidos, audiencias pospuestas y expedientes empolvándose en escritorios vacíos son ahora parte del paisaje diario en juzgados clave de la capital.

¿Por qué se paralizó el Tribunal?

El detonante del paro ha sido una exigencia concreta: un aumento salarial del 10% directo al sueldo y 5% en prestaciones. Los trabajadores aseguran que llevan años arrastrando salarios bajos y jornadas laborales extenuantes, muchas veces de hasta 17 horas diarias sin pago extra. La oferta del TSJ —5% directo al salario y 2% en prestaciones— fue rechazada de inmediato.

Pero el problema va más allá del dinero. Las condiciones laborales han sido calificadas por los trabajadores como “insostenibles”. Denuncian falta de equipo básico, desde computadoras hasta fotocopiadoras, y la implementación apresurada del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, que provocó el cierre de varios juzgados, obligando a pocos tribunales a asumir una carga laboral descomunal sin más personal ni infraestructura adecuada.

«Estamos siendo explotados. No es justo que trabajemos fines de semana y horas extras sin un solo peso extra», expresó una empleada en paro que prefirió mantener el anonimato.

Tensión sindical y violencia

El conflicto también tiene un fuerte componente sindical. Muchos trabajadores exigen la renovación democrática del sindicato, cuyo líder ha estado al frente por más de 30 años. A esto se suma una serie de denuncias por hostigamiento laboral por parte de jueces y magistrados.

El clima se tensó aún más en junio, cuando un grupo de civiles intentó reabrir las instalaciones judiciales por la fuerza, lo que desencadenó un altercado con trabajadores en paro. Una empleada resultó herida, elevando el nivel de alerta dentro del movimiento.

¿Viene una huelga formal?

Aunque el paro ya paraliza buena parte del sistema judicial, una huelga formal no está descartada. Las negociaciones entre el TSJ-CDMX, representantes del Gobierno de la Ciudad de México y trabajadores están estancadas, y las demandas salariales no solo persisten, sino que se han incrementado.

Sin avances significativos en los próximos días, los trabajadores podrían optar por radicalizar aún más su protesta, formalizando la huelga y prolongando el caos judicial en la capital.

La justicia, en pausa

En medio de todo, la ciudadanía es la gran afectada. Juicios familiares detenidos, procesos urgentes en espera, y un sistema colapsado por dentro amenazan con socavar la ya frágil confianza en el aparato judicial.

El paro ha dejado en evidencia una verdad incómoda: la justicia en la Ciudad de México también depende del respeto a los derechos laborales de quienes la hacen posible. Y hoy, ese respeto parece estar en deuda.

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