En una sesión solemne realizada en el Congreso de la Ciudad de México, legisladoras y legisladores coincidieron en que el movimiento estudiantil de 1968 marcó un parteaguas en la historia del país, al abrir la puerta a transformaciones sociales y políticas profundas.
Durante la ceremonia “Conmemoración de los hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968”, las y los congresistas recordaron la represión y masacre que dejaron una huella imborrable en México, al tiempo que destacaron la fuerza del movimiento como símbolo de resistencia y compromiso social.
La diputada Diana Sánchez Barrios (Asociación Parlamentaria Mujeres por el Comercio Feminista e Incluyente) resaltó que esta fecha es un momento de dolor, pero también de reflexión: “El movimiento de 1968 sembró en las nuevas generaciones la búsqueda de una sociedad más democrática y activa”.
Por su parte, Alejandro Carbajal González (Asociación Parlamentaria Progresista de la Transformación) subrayó que la memoria de este suceso mantiene viva la advertencia de que “nunca más un gobierno reprima al pueblo”, y que el Congreso honra a víctimas, desaparecidos y perseguidos con dignidad y compromiso social.
La diputada Nora Arias Contreras (PRD) llamó a mantener el recuerdo como una lección permanente para garantizar la libre manifestación y expresión de ideas, mientras que Omar Alejandro García Loria (PRI) afirmó que “sólo quien reconoce el pasado está listo para construir un futuro mejor”.
Los legisladores Patricia Urriza Arellano (MC) y Ernesto Villarreal Cantú (PT) enfatizaron los riesgos de la militarización y la represión de la juventud, recordando que el 2 de octubre fue parte de un movimiento global que buscaba cambio y que en México fue sofocado con violencia.
Federico Chávez Semerena (PAN) recordó que la matanza de Tlatelolco es un recordatorio que debe guiar las decisiones ciudadanas para evitar regresiones institucionales y garantizar derechos. Rebeca Peralta León (PVEM) y Xóchitl Bravo Espinosa (MORENA) destacaron la importancia de la fecha como símbolo de lucha, transformación social, igualdad y participación ciudadana, señalando que la semilla de nuevas luchas nació de aquel movimiento histórico.
Con estas palabras, el Congreso de la Ciudad de México reafirmó que el 2 de octubre no es solo un recuerdo del pasado, sino un compromiso vigente con la memoria, la justicia y la construcción de un país más democrático y plural.
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