Por Bruno Cortés
En un discurso cargado de cifras y símbolos políticos, Édgar Amador Zamora, secretario de Hacienda y Crédito Público, se dirigió al Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados con un mensaje que buscó dejar claro un punto: el paquete económico 2026 no es un simple documento técnico, sino la columna vertebral del proyecto económico de la presidenta Claudia Sheinbaum. Entre aplausos y miradas expectantes, el funcionario recordó que 13.4 millones de mexicanos han salido de la pobreza desde 2018, una cifra que describió como “hazaña histórica”.
La narrativa de Amador no fue únicamente numérica, sino política. Reafirmó que la estrategia de la administración se sostiene en tres principios básicos: crecer con estabilidad, invertir con responsabilidad y distribuir con justicia. En tiempos de incertidumbre global, donde tensiones geopolíticas y recesiones acechan, la promesa de un país resistente y resiliente suena a bálsamo.
El secretario destacó que, a pesar de la moderación del crecimiento en Estados Unidos, sectores como el electrónico y el automotriz mantienen un dinamismo que permitirá sostener la actividad productiva en México. Esa diversificación, insistió, coloca al país en una posición privilegiada frente a la fragilidad de otras economías emergentes. Como ejemplo, recordó que México sigue siendo el principal socio comercial de Estados Unidos, con una participación de 16.9% en su mercado.
Otro de los anuncios celebrados fue la mejora en la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos, un logro que parecía inalcanzable hace apenas unos años. Dos de las agencias más estrictas, Fitch y Moody’s, elevaron la nota de la empresa, un hecho que no ocurría desde hace más de una década. Amador lo calificó como una señal inequívoca de confianza en la disciplina fiscal y en la conducción económica del país.
La inversión pública y el gasto social se mantienen como ejes fundamentales. Con el Plan México, se proyecta detonar 21 industrias en nueve sectores estratégicos, incluyendo semiconductores, energía y aeroespacial. A la par, 15 polos de desarrollo buscarán integrar regiones y generar empleos de calidad. La combinación de incentivos fiscales y ventanillas digitales únicas forma parte del nuevo paquete de atractivos para inversionistas.
En materia social, el funcionario anunció la implementación plena de la pensión para mujeres de 60 a 64 años. Lejos de presentarlo como un simple programa, lo describió como un acto de justicia histórica, una forma de reconocer el trabajo invisible de millones de mexicanas. En la misma línea, se contempla la incorporación de trabajadores de plataformas digitales a la seguridad social, un sector hasta ahora marginado del esquema de derechos laborales.
Las finanzas públicas, según Amador, se sostienen sin aumentar ni crear nuevos impuestos. El fortalecimiento de la recaudación descansa en el combate a la evasión y la modernización aduanera. El déficit fiscal en 2025 cerró por debajo de lo previsto y la deuda pública se mantiene en 49.5% del PIB, un dato que refuerza la narrativa de estabilidad. “La recaudación crece porque combatimos la evasión, no porque le carguemos más al pueblo”, enfatizó.
Consciente de que los números no siempre conmueven, el secretario cerró con un llamado político: el presupuesto 2026 debe entenderse como una herramienta transformadora, diseñada no sólo para cuadrar balances, sino para reafirmar que desarrollo económico y bienestar social no son caminos separados. Con un dejo de humor negro, dejó entrever que la oposición podrá criticar cifras, pero no podrá negar la contundencia de los resultados.
En suma, el mensaje de Hacienda en San Lázaro buscó dejar claro que, frente al ruido global, México apuesta por un modelo económico que no se define en los mercados internacionales, sino en la capacidad de garantizar justicia social sin sacrificar estabilidad. La invitación fue clara: acompañar este paquete como un acto de continuidad y compromiso con la transformación.
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