Omar Garcia Harfuch detalló que esté hecho se clasifica como delincuencia organizada en medio de pugna entre grupos criminales por territorio.
Carlos Lara Moreno
El secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, confirmó este martes que el estallido ocurrido el sábado en Coahuayana, Michoacán, no fue un acto de terrorismo y que fue provocado por dos atacantes suicidas que ingresaron al vehículo, se estacionaron frente a la comandancia de la policía comunitaria y detonaron los explosivos .
En conferencia de prensa García Harfuch detalló que no hubo intención de provocar “terrorismo” en un sentido ideológico o político, sino que el episodio es parte de una disputa territorial entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos, por el control estratégico de la región costera de Michoacán.
«Estos son delitos de tráfico de armas, por eso la carpeta de investigación se inició en FEMDO en tráfico de armas, acopio de armas, no es por terrorismo.
“Como sabemos en la ley tanto mexicana como internacional, terrorismo es para imponer objetivos políticos, ideológicos, religiosos o sociales”, destacó.
«¿Se descarta entonces terrorismo?», se le insistió.
«Sí, se descarta por lo que acabo de decir, no solo por la ley mexicana, sino también por la ley internacional», respondió.
De acuerdo con el titular de la SSPC, el atentado estaría relacionado con disputas territoriales y el interés de los grupos criminales por ampliar sus operaciones ilegales.
Entre estas actividades mencionó el control de rutas de tráfico de drogas, el aumento del narcomenudeo, la extorsión, el tráfico de armas y otras prácticas ilícitas como la minería ilegal.
“En este caso, específicamente son actos criminales para ampliar sus actividades criminales, ya sea en territorio, trasiego de droga, rutas de trasiego de droga, ampliar más el narcomenudeo, extorsión, tráfico, minería ilegal, etcétera. Entonces va por delincuencia organizada y el homicidio, por supuesto», mencionó.
De acuso con las autoridades, el saldo confirmado: cinco personas murieron tras la explosión ocurrida en Coahuayana, Michoacán, frente a las instalaciones de la Policía Comunitaria, según autoridades estatales y federales.
Tres de los fallecidos eran agentes de la Policía Comunitaria, mientras que las otras dos víctimas aún no han sido identificadas públicamente.
Las Autoridades estatales confirmaron que ningún civil resultó lesionado, aunque sí hubo varios heridos entre los cuerpos de seguridad presentes.
















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