Por Juan Pablo Ojeda
Blue Origin volvió a sacudir el tablero de la industria espacial al anunciar el desarrollo del New Glenn 9×4, un cohete superpesado que eleva de forma significativa las capacidades actuales de la empresa de Jeff Bezos y la acerca al terreno dominado por SpaceX.
La compañía explicó que la nueva versión del New Glenn debe su nombre a la configuración de nueve motores en su primera etapa y cuatro en la segunda, un cambio que incrementará tanto la potencia como la capacidad de carga del vehículo.
Según los primeros datos, el New Glenn 9×4 podrá transportar más de 70 toneladas métricas a la órbita terrestre baja, más de 14 toneladas a órbita geosíncrona y más de 20 toneladas en misiones translunares. Esto representa un salto notable frente al New Glenn actual, que alcanza 45 toneladas en LEO y alrededor de 13 toneladas en GTO.
Aunque Blue Origin no reveló fechas de desarrollo, sí detalló algunas de las mejoras clave: motores más potentes, un sistema térmico reutilizable optimizado, un nuevo tanque de menor costo y una cofia reutilizable que permitiría incrementar la frecuencia de lanzamientos, uno de los mayores retos para la empresa.
Con estas características, el New Glenn 9×4 se sitúa más cerca del Falcon Heavy de SpaceX que de la gigantesca Starship, pero marca un avance estratégico para competir en un mercado donde la demanda de carga masiva crece y donde los contratos lunares de Artemis presionan a todas las empresas involucradas.
El anuncio llega en un contexto de dudas sobre los plazos de SpaceX para cumplir sus compromisos con la NASA. Incluso, el administrador interino de la agencia, Sean Duffy, insinuó la posibilidad de abrir contratos a otras firmas si la Starship continúa retrasos.
Blue Origin, además, alcanzó recientemente un hito clave: recuperar por primera vez la primera etapa de un New Glenn, una maniobra que solo SpaceX había logrado hasta ahora y que representa un paso fundamental hacia la reutilización total del sistema.
Con su nuevo cohete, Bezos busca algo más que capacidad de carga: pretende posicionarse como un jugador decisivo en la próxima década de exploración espacial, donde la Luna, Marte y las megaconstelaciones de satélites serán el nuevo escenario de competencia.















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