Trump abre vía a publicar archivos Epstein tras años de resistencia

Por Juan Pablo Ojeda

 

Después de años de oponerse tajantemente, Donald Trump terminó firmando la ley que obliga a revelar los archivos relacionados con Jeffrey Epstein, el financiero condenado por delitos sexuales que murió en prisión en 2019 y cuya red de contactos ha alimentado teorías y sospechas durante más de una década. El giro del presidente estadounidense no fue espontáneo: ocurrió cuando vio que el Congreso —incluido su propio partido— aprobaría la ley con o sin su apoyo. Firmó la medida casi en silencio, sin cámaras, y después anunció la decisión en Truth Social, donde acusó a los demócratas de usar el caso para distraer al país y aseguró que las revelaciones “les afectarán más a ellos”, insistiendo en que Epstein era “demócrata de toda la vida”.

Los llamados archivos Epstein son una colección inmensa de documentos, fotos, correos, videos, registros financieros e interrogatorios del FBI y del Departamento de Justicia, recopilados durante las investigaciones en su contra. Aunque ya se han liberado algunos materiales este año —incluidos correos donde Epstein sugiere que Trump conocía sus abusos— aún quedan alrededor de 300 gigabytes sin publicar. La ley obliga a difundirlos en un máximo de 30 días, en formato accesible y descargable.

La publicación completa, sin embargo, no está garantizada. La propia ley permite reservar documentos vinculados a investigaciones en curso, como la que Trump ordenó recientemente contra Bill Clinton y Larry Summers tras aparecer mencionados en archivos que el Congreso divulgó la semana pasada. Además, deberán excluirse materiales que afecten la privacidad de víctimas o que contengan evidencia de abuso sexual infantil.

Lo que pueda salir sobre Trump sigue siendo incierto. Hasta hoy no hay documentos que lo involucren directamente en delitos, aunque sí existen rastros de una relación cercana con Epstein hasta 2004, antes de que estallaran las primeras acusaciones. Entre el material ya conocido figuran una felicitación de cumpleaños supuestamente firmada por Trump y referencias en agendas y correos en los que Epstein insinuaba que el magnate sabía de sus abusos o que incluso pasó tiempo con una de las víctimas, Virginia Giuffre, quien trabajó en Mar-a-Lago.

Los próximos 30 días definirán si los archivos Epstein se convierten en un terremoto político o en una nueva batalla de interpretaciones entre republicanos y demócratas. Por ahora, solo hay certeza de una cosa: el expediente más explosivo de la última década está a punto de abrirse, al menos en parte.

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