Por Juan Pablo Ojeda
El internet vivió una de sus mañanas más caóticas del año. Millones de usuarios en todo el mundo amanecieron con errores al intentar abrir páginas web, iniciar sesión en servicios digitales o navegar en plataformas como X. Las fallas no fueron aisladas: detrás de ellas estaba Cloudflare, uno de los gigantes que mantienen funcionando buena parte de la infraestructura global de Internet, y cuyos sistemas experimentaron un fallo masivo este martes 18 de noviembre de 2025.
La compañía confirmó que se presentó un colapso interno en sus servidores, generando los temidos errores 500, un tipo de falla que ocurre cuando un servicio no puede ejecutar correctamente una solicitud debido a un problema en su propio sistema. En términos simples: los cimientos sobre los que funcionan miles de páginas y aplicaciones dejaron de responder.
Lo delicado del incidente es que no solo afectó a los sitios que dependen de Cloudflare para cargar; también provocó que muchos clientes no pudieran entrar a sus propios paneles de control para diagnosticar o mitigar los daños. En otras palabras, el apagón digital dejó a usuarios y empresas prácticamente a ciegas durante varias horas.
Cloudflare aseguró que ya está investigando las causas del problema para determinar su alcance completo. Aunque algunos servicios comenzaron a restablecerse de manera intermitente, la empresa advirtió que los errores pueden continuar mientras se estabilizan los sistemas afectados. Esta intermitencia ha provocado que muchos sitios aún carguen con lentitud o que presenten mensajes de error de forma recurrente.
Plataformas populares como X y servicios clave como los de OpenAI —la empresa propietaria de ChatGPT— registraron picos de reportes por fallas simultáneas, según el portal Downdetector. Para millones de usuarios que dependen de estas herramientas para trabajar, informarse o comunicarse, la caída fue un recordatorio del grado de dependencia que existe sobre unos pocos proveedores de infraestructura digital.
Este tipo de fallos masivos evidencian que la fortaleza de Internet no solo depende de cables submarinos o centros de datos, sino también de empresas como Cloudflare, cuyos sistemas actúan como autopistas invisibles que mantienen el tráfico web en orden. Cuando una pieza tan grande falla, la sensación es de que “se cayó el Internet”, aunque la red siga activa.
Por ahora, el restablecimiento es gradual. Las próximas horas serán clave para conocer el origen exacto del fallo y para evaluar qué tanto impacto tuvo en cadenas de servicios, sistemas empresariales y plataformas públicas. Cloudflare, mientras tanto, sigue trabajando para apagar el incendio virtual y devolver la normalidad al ecosistema digital.












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