Por Juan Pablo Ojeda
A menos de un año de haber comenzado su administración, el gobierno de Claudia Sheinbaum ya presume un dato que marca un giro notable en la política migratoria mexicana: una reducción del 91% en el flujo migratorio hacia Estados Unidos desde el 1 de octubre de 2024. La cifra fue anunciada por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) este viernes, y representa, según autoridades, el registro más bajo en cinco décadas.
De acuerdo con datos presentados por Fátima Ríos, directora general de Movilidad Humana y Desarrollo de la SRE, los encuentros con personas migrantes —tanto mexicanas como extranjeras— en la frontera estadounidense pasaron de 3 mil 640 a solo 285 en un periodo de menos de un año, lo cual refleja una disminución drástica en los intentos de cruce irregular.
¿Qué hay detrás de esta baja tan significativa? Para el canciller Juan Ramón de la Fuente, todo responde a una estrategia de diálogo constante con Estados Unidos, donde la diplomacia ha sido más efectiva que los operativos y la militarización fronteriza. Además, el funcionario reiteró que México rechaza cualquier enfoque que criminalice la migración o vulnere derechos humanos, dejando en claro que hay diferencias con visiones más punitivas, como la del actual presidente estadounidense, Donald Trump, quien regresó a la Casa Blanca en enero de 2025.
Desde ese regreso, 82 mil 049 mexicanos han sido repatriados, y de ellos 47 mil 594 han recibido asistencia consular, detalló De la Fuente. Sin embargo, reconoció que dentro de esas cifras hay personas que, a pesar de tener sus papeles en regla, fueron devueltos, lo cual refleja tensiones en la política migratoria estadounidense.
Uno de los focos rojos que más preocupan al gobierno mexicano son las condiciones en los centros de detención migratoria en EE.UU.. De acuerdo con Roberto Velasco Álvarez, jefe de la Unidad para América del Norte, desde enero se han realizado 6 mil 326 visitas consulares a estos centros —promedio de 30 al día— donde se han detectado condiciones poco dignas: temperaturas extremadamente bajas por el aire acondicionado, hacinamiento, falta de higiene, retrasos en los procesos legales y limitaciones médicas.
Especial atención ha generado el centro Everglades en Florida, también conocido como el ‘Alcatraz de los caimanes’, cuya clausura fue ordenada recientemente por una jueza federal. En este lugar, 78 mexicanos siguen detenidos, aunque personal del consulado ha tenido contacto con 118 connacionales. Las quejas van desde mala alimentación y falta de aseo, hasta un trato poco humano por parte del personal del centro.
A pesar de que el cierre del Everglades está previsto para los próximos 60 días, la SRE afirmó que no ha recibido aún una notificación formal, pero están dando seguimiento cercano a los casos. La situación preocupa no solo por las condiciones del lugar, sino porque es símbolo del endurecimiento migratorio que ha caracterizado al gobierno estadounidense actual.
Otra práctica que genera alarma es el uso de agentes enmascarados durante redadas, supuestamente por seguridad, pero que para las autoridades mexicanas representa una señal de intimidación innecesaria y falta de transparencia en los operativos.
La narrativa de la Cancillería se centra en que México está haciendo su parte: disminución en los cruces irregulares, atención a repatriados y defensa consular activa. Pero al mismo tiempo, lanza un mensaje claro a Washington: no se tolerarán abusos ni violaciones a los derechos humanos de los migrantes, sean o no documentados.
Este cambio en las cifras puede representar un punto de inflexión en la relación bilateral en materia migratoria, pero también coloca un reto al gobierno de Sheinbaum: mantener estos niveles sin criminalizar la migración y garantizando que quienes retornan encuentren oportunidades reales en territorio nacional.
Mientras tanto, los datos hablan por sí solos. Y en una época donde la migración suele ser noticia por tragedias o crisis humanitarias, México apuesta por una narrativa diferente: diplomacia, derechos humanos y resultados medibles. Falta ver si la tendencia se mantiene, y si el gobierno estadounidense hará su parte.
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