Monreal sale en defensa de Ebrard tras vuelo en primera clase: “No exageren”

Por Juan Pablo Ojeda

 

En tiempos donde la política se mide con lupa —y con cámara en mano—, hasta un asiento en primera clase puede detonar una tormenta. Esta vez, el turno fue para Marcelo Ebrard, actual secretario de Economía y excanciller, quien fue captado viajando en primera clase en un vuelo de Aeroméxico desde Washington a la CDMX. Lo que para algunos fue un simple vuelo de regreso, para otros fue suficiente para acusar un posible exceso dentro de un gobierno que ha prometido austeridad.

El video que circuló en redes fue publicado por el periodista Claudio Ochoa, quien documentó el momento en que Ebrard abordó el vuelo 456. Según el reportero, el funcionario intentó ser de los últimos en subir al avión, como para evitar ser visto… pero en la era de los celulares, siempre hay alguien grabando.

Las críticas no tardaron en llegar, sobre todo porque dentro de Morena se ha construido una narrativa clara sobre la austeridad republicana. Pero quien no dudó en responder fue Ricardo Monreal, actual presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados y una de las figuras más experimentadas de la 4T.

Monreal salió a defender a Ebrard sin rodeos: “No es para mí un exceso, deberíamos dejar de satanizar estas cosas”, dijo durante una conferencia de prensa en San Lázaro. Para él, no hay nada irregular en ese vuelo. Es más, avaló el trabajo de Marcelo y lo calificó como “un hombre de Estado, un pilar de la Cuarta Transformación”.

La defensa de Monreal fue extensa. Explicó que Ebrard está enfrentando temas cruciales para la economía nacional, como los aranceles al jitomate, los problemas con productos agrícolas, y el delicado equilibrio con el comercio entre México, Estados Unidos y China. En pocas palabras, no es un funcionario cualquiera: está metido en los temas que definen la economía del país.

Además, el legislador morenista aprovechó para lanzar una advertencia interna: todos en Morena deben cuidar su conducta pública, no por miedo a la crítica, sino por respeto al liderazgo de Claudia Sheinbaum, la presidenta. “Todo lo que hagamos la afecta… si son errores, excesos o actitudes de prepotencia, hay que hacer un esfuerzo para no cometerlas”, subrayó.

La situación también dejó ver otra realidad que viven los funcionarios de alto nivel: el escrutinio permanente. Monreal lo dijo con claridad: ahora están bajo la vigilancia de cualquier ciudadano o persona “con los nuevos sistemas de espionaje”. Lo que se traduce en que cualquier movimiento, gesto, vuelo o accesorio puede terminar en redes sociales y convertirse en nota nacional.

Ebrard, por su parte, publicó en su cuenta de X que estuvo en Washington el 21 de agosto en reuniones de trabajo con autoridades comerciales de EE. UU., lo cual coincide con la ruta del vuelo. Es decir, el viaje sí fue de trabajo y no de vacaciones, aunque el detalle de la clase del boleto es el que desató la polémica.

Al final, Monreal cerró filas: calificó a Marcelo como un activo importante del movimiento, con inteligencia “fuera de lo normal”, y recordó que su papel en el gabinete es uno de los más complicados del momento.

Eso sí, dejó claro que el llamado a la coherencia y el cuidado de imagen pública sigue en pie para todos, incluso para los que tienen trayectoria, poder y perfil presidencial. En Morena, lo personal también es político.

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