Ni Venezuela ni Palestina: Noroña dice no a la intervención

Por Bruno Cortés

 

En un momento en que la política internacional parece jugarse a punta de misiles, discursos y bloqueos económicos, el presidente del Senado mexicano, Gerardo Fernández Noroña, lanzó un mensaje claro desde la Casona de Xicoténcatl: México no avala ni tolera la intervención militar de ningún país en los asuntos de otro, mucho menos si se trata de una potencia como Estados Unidos contra una nación latinoamericana como Venezuela.

No es la primera vez que Noroña toma una postura firme en temas de política exterior, pero esta vez fue más allá de una simple declaración diplomática. Con tono firme y directo, defendió el principio constitucional de no intervención y autodeterminación de los pueblos, recordando que la Carta Magna mexicana prohíbe tajantemente la injerencia extranjera en asuntos internos. Para él, lo que está en juego no es solo el futuro de Venezuela, sino el respeto a la soberanía de cualquier país que decida su rumbo sin pedir permiso.

La preocupación del senador no es menor. En su mensaje advirtió que si el mundo permite que Estados Unidos intervenga en otro país bajo cualquier pretexto, se abre la puerta para que esa misma lógica se aplique en cualquier parte. “Hoy es Venezuela, mañana puede ser cualquiera”, parece ser la idea central.

Además, comparó la situación con otros escenarios actuales, como el conflicto en Palestina, que calificó de brutalidad. Habló de miles de muertos, incluyendo mujeres y niños, y de cómo hospitales, escuelas y lugares sagrados están siendo atacados sin que haya un freno internacional real. Para él, lo que pasa allá —y lo que podría pasar en Venezuela si se permitiera una intervención— es una misma historia de impunidad disfrazada de geopolítica.

También evocó el ejemplo histórico de Benito Juárez, recordando cómo México resistió la invasión extranjera en el siglo XIX. Aunque admitió que ningún país latinoamericano puede igualar el poderío militar de Estados Unidos, insistió en que los pueblos tienen dignidad y pueden resistir, como lo hizo México en su momento.

Con este posicionamiento, Noroña no solo está hablando de Venezuela o Palestina. Está marcando una línea política clara que, desde el Senado, pretende recordar que la soberanía, la paz y la autodeterminación no son negociables, ni con discursos, ni con armas.

En tiempos donde la diplomacia muchas veces se dobla ante intereses geoestratégicos, este tipo de mensajes desde el Congreso mexicano son una señal de que, al menos en el discurso, México mantiene una postura de respeto y solidaridad internacional. Y que, como en los tiempos de Juárez, la dignidad sigue siendo parte del vocabulario político.

 

 

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