Por Bruno Cortés
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dejó clara la postura del Gobierno de México frente a un tema que siempre genera controversia: la pena de muerte. Esto, tras conocerse que autoridades judiciales de Estados Unidos estarían considerando renunciar a aplicar la pena capital en los casos de tres de los narcotraficantes más conocidos en México: Ismael “El Mayo” Zambada, Vicente Carrillo Fuentes “El Viceroy” y Rafael Caro Quintero.
Sheinbaum fue enfática: México está en contra de la pena de muerte, sin importar el delito cometido. «Nosotros estamos en contra de la pena de muerte… no importa el delito. No es algo con lo que coincidimos», declaró la mandataria en conferencia.
Aunque reconoció que estas decisiones corresponden únicamente al gobierno de Estados Unidos, la presidenta recordó que el tratado de extradición entre ambos países prohíbe entregar a una persona si existe la posibilidad de que sea ejecutada, lo que obliga a Washington a comprometerse a no imponerla en esos casos. “El tratado establece reciprocidad; es decir, no puede haber pena de muerte”, explicó.
También señaló que, en otros esquemas legales como la deportación o entrega por vías distintas a la extradición, México buscará siempre garantizar esa misma reciprocidad, aunque la decisión final no esté en manos del gobierno mexicano.
Este posicionamiento surge en un contexto donde las tensiones internacionales en materia de seguridad y justicia están al alza, y el mensaje de Sheinbaum refuerza la postura histórica del país: no apoyar, ni directa ni indirectamente, la aplicación de la pena capital.
Así, mientras en Estados Unidos se discuten posibles acuerdos judiciales para evitar la ejecución de estos capos, el gobierno mexicano mantiene su distancia, pero sin dejar de marcar su postura.
Deja una respuesta